sábado, 9 de abril de 2011

Cruz de Caravaca

Según la leyenda, la Cruz –originalmente perteneciente al primer patriarca de Jerusalén tras la conquista de la ciudad a los musulmanes– fue milagrosamente llevada al castillo-santuario de Caravaca por dos ángeles, los cuales también forman parte de la imaginería que compone la cruz de caravaca.
Dominaba entonces en la taifa de Murcia el reyezuelo Benahud, quien extendía su poder por gran parte de Al-Andalus. Como llegase a Caravaca una partida de cautivos cristianos, el reyezuelo preguntó al clérigo Ginés Pérez Chirinos, que venía entre ellos, cuál era su oficio. Respondiendo éste que lo suyo era celebrar misa, el reyezuelo mandó se aparejara lo necesario para satisfacer su curiosidad sobre el ritual cristiano. Al decir el sacerdote que precisaba de un crucifijo para tal menester, aparecieron dos ángeles que, transportando el relicario con el Lignum crucis, lo colocaron sobre el improvisado altar. La milagrosa aparición hizo que el reyezuelo y toda su corte se bautizaran.



                                         



                                     

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